“La vida es un desequilibrio constante. Porque la vida es caminar y encontrar. Encontrar dificultades, encontrar cosas buenas que te lleven adelante y estas te desequilibran, siempre”
Son unas palabras del Papa Francisco hablando a unos seminaristas…
Y las recordaba hoy porque al leer el Evangelio descubría como Jesús desequilibra nuestros lugares de siempre.
Y así, El mismo también, en vez de comenzar en el templo de Jerusalén o en alguna plaza pública y llena de gente, va… y se retira a Galilea. Allá junto al lago. Al territorio gentil y pagano.
Cumpliendo así la profecía de llevar luz a los que habitaban en tinieblas y sombra de muerte.
Y yo descubría también como su Palabra (el “venid conmigo), desequilibra la vida de aquellos pescadores, de Pedro, de Andrés, de Santiago y Juan.
El encuentro con Jesús trastoca su vida. La desequilibra para encontrar un equilibrio mayor. Una razón de sentido y de vida mayores.
Un trastoque (si se pude decir con esta palabra) que se expresa hasta en el cambio del nombre. Simón. (Desde ahora te llamarás Pedro).
Y en que dejando el trabajo diario y la cotidianidad en la que estaban enredados (“dejando las redes”). Y dejando incluso la protección que dan las relaciones familiares (“dejando la barca y a su padre”) ..
Y donde el “veníos conmigo”, el “venid detrás de mí”,… se convirtió en “y al instante le siguieron”
Porque (como decía un escritor) no podemos convertirnos en lo que queremos ser si seguimos siendo lo que somos.
Que La Palabra de Dios, el Evangelio de Jesús desequilibre un poco nuestra vida y nos saque de los lugares y caminos de siempre. Que nos remueva un poco (al menos) la vida para que no se quede enquistada y acomodada.
Para que llevemos luz y palabras de esperanza a muchas y muchos que viven en situaciones de sombras y muerte.
Para que sigamos los pasos de Jesús:
Para poder andar por donde el andaba
Para acercarnos a los demás como él lo hacia
Para perdonar como el acogía y perdonaba
Para denunciar y complicarnos la vida como él.
Para confiar radicalmente en Dios como él lo hacía
Para….
Para ser discípulos y discípulas suyos …