Ser presencia de fermento es vivir presentes en medio de la realidad, preñándola de palabras y gestos provocadores. Es vivir la urgencia de proclamar la fuerza del Reino que supera las posibilidades constatables para poner en marcha dinamismos sorprendentes; siendo servidores humildes de lo posible, cultivar el misterio de lo imposible.
(Fermín Madorrán. En revista Presencia. ADSIS)