1.-Mi reino no es aquí (“Mi reino no es de este mundo”) pero también (“para esto he venido al mundo”)
Le contesta Jesús a Pilato en el interrogatorio que le llevará a la condena a muerte por crucifixión.
Jesús a lo largo de su predicación, de su vida pública, había anunciado el Reino de Dios, el reino amoroso de Dios.
Un Reino que traía buenas noticias a los pobres, donde se curaban las heridas de los corazones desgarrados, donde se anunciaba la liberación y el consuelo a los afligidos. Donde cambiar la ceniza de tantos por una corona de dignidad. Donde hacer entonar un cántico de alabanza a los que tenían ganas y motivos para llorar.
El Reino que Jesús anuncia no es como el que Poncio Pilato conoce: un reino de arbitrariedad, privilegios y dominación.
Su reino es de justicia y de servicio.
Y Jesús para manifestar de una manera concreta que el Reino ha llegado a través de su persona hará (como sabemos por los evangelios) gestos, signos y milagros a favor de las personas más débiles, excluidas y pobres. Llevándoles esperanza, alegría, sanación y dignidad.
Un Reino puesto al servicio y en servicio. Un reino de amor, donación y entrega que le llevó a dar su vida.
Mi reino no es de aquí. Pero también.
“Yo para esto he venido al mundo. Para ser testigo de la verdad”
2.- Y a nosotros, hoy, seguidores y seguidoras de Jesús nos queda preguntarnos: ¿Qué tipo de vida, de relaciones personales y sociales, qué tipo de sociedad (y también de iglesia) quiero construir (o ayudar a construir)?
¿Qué tipo de reino? El de Pilato o el de Jesús
Todos decimos: evidentemente el de Jesús.
Pero hay una pregunta de Jesús en el Evangelio que nos tiene que hacer pensar?
Pero ¿Tú dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?
¿Realmente estás convencido de construir un mundo más justo, más libre, más digno, más inclusivo. Y trabajas por ello? ¿Te lo crees de verdad?
¿O es lo que te han dicho y has oído?
Oración: Preguntas desde la cruz (En la hoja)
Canción: “Jesús” de Ain Karen