Desde Evang domingo 7 Marzo21

  • 07 de Marzo de 2021
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Decir ¡No!. No es fácil.
Unas veces por respeto, otras por miedo al enfrentamiento, otras por no crear más conflicto, otras….
Aunque también es cierto que, otras veces se utiliza el ¡No! para no ceder en mis posiciones, no dialogar o incluso para negar a los otros. (Por eso me da miedo cuando alguien dice : “yo siempre digo la verdad, digo no cuando y,,,

Pero claro, así vemos muchas veces, que hay situaciones que claman al cielo y necesitan de nuestra solidaridad, de nuestra compasión, de nuestra justicia,…. de nuestro ¡NO!
Situaciones de injusticia, de mentira, de fraude, o de violencia..
Situaciones donde deberíamos posicionarnos y sin embargo dejamos que las cosas sigan igual, por miedo al qué dirán o por no enfrentarnos

“Decir no” ante situaciones inhumanas o injustas o cuando intuimos mentira o juego sucio.
“Decir no” cuando se pone en riesgo la dignidad, la vida, la salud de las personas o grupos.
“Decir no” a las leyes injustas que desfavorecen o perjudican a los más débiles y necesitados de la sociedad.

Decía Paulo Cohello “Si tienes que decir sí, dilo con el corazón abierto. Si tienes que decir no dilo con respeto y sin miedo”

2.- Jesús en el Evangelio de hoy, cuando entra en el templo de Jerusalén (aquel lugar majestuoso y centro de la vida religiosa y social de los judíos), y vio lo que vio:
-Dice no. Porque habían convertido la relación con Dios en un intercambio mercantil. En un ir y venir negociando y cambiando monedas y comprando y vendiendo animales. El negocio es el negocio.
Donde la relación con Dios corría el riesgo de quedar en puros ritos vacíos.
A Dios, dirá más tarde Jesús: Hay que adorarle sobre todo en espíritu y en verdad.

-Jesús dijo no: a que nos convirtamos en cambistas que negocian e intercambian todo. Perdiendo gratuidad en las relaciones y en la vida. Perdiendo la capacidad de dar, de regalar, de ofrecer, de acoger, de perdonar, de…
Y de agradecer el amor gratito e incondicional de Dios.

Jesús dijo No. A que las piedras del templo, la norma, las leyes, las instituciones,… sean más importantes que las personas..
Las personas son los verdaderos templos de Dios.


3.- Y por último:
Jesús dijo Sí a su propia vida.
“Pero él hablaba del templo de su cuerpo” – dice el evangelio.
Ahora sabemos que la entrada a Dios pasa por su Jesús. (Quien me ha visto a mi, ve a Dios, mi Padre”
Ahora, Jesús es la puerta de acceso al templo donde es y está Dios”
Su vida, su muerte y su Resurrección nos abren a Dios.


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