Desde Evang domingo 7 Febr21

  • 07 de Febrero de 2021
imagen Desde  Evang  domingo  7 Febr21

En cuanto abrimos los evangelios (el pasaje que hemos leído es del primer capítulo del primer Evangelio, del evangelio de Marcos), vemos como Jesús cura a los enfermos, acoge a los desvalidos, sana y libera a los que están hundidos por el peso de la enfermedad o el mal.

“Anunciando la Buena noticia y curando a todos los oprimidos por el mal”

La enfermedad es una de las experiencias más duras del ser humano. Donde la vida se precipita hacia un abismo de ansiedad, desconcierto, pena, miedo…
Donde las fuerzas nos faltan y donde lo que creíamos tan seguro no lo es tanto.
Donde la persona sufre y donde sufren también su familia y los seres queridos y aquellos que atienden al enfermo.

Todos somos frágiles. Y frágil significa que nos podemos romper en cualquier momento. Todos somos hijos de la naturaleza. Hijos de la provisionalidad.
La fragilidad está inserta en nuestro cuerpo, en nuestra mente, en nuestros afectos, en nuestro espíritu.

Todos como decía el poeta Miguel Hernández venimos con tres heridas: la de la vida, la del amor, la de la muerte.

Y la fragilidad, por eso mismo, necesita cuidado.


Dice el Evangelio de hoy que la población entera se agolpaba en la puerta, cuando le llevaron todos los enfermos y endemoniados.
“Le llevaron”-dice. Y también los discípulos “le hablaron” de una familiar enferma (la suegra de Pedro).
Es decir la enfermedad necesita de la atención y el cuidado de los otros, de los demás.
Y el poder encontrarse con el Dios de la vida, necesita por tanto también que alguien acompañe y le muestre.

Con razón el lema del día del Enfermo que se celebra este próximo jueves día 11 dice: “Cuidémonos mutuamente”-“Elkar zaindu dezagun”

Cuidémonos mutuamente como Dios nos cuida.
Nos lo dice Jesús hoy con sus palabras y sus gestos, sus hechos.

Lo primero: Acercarse. (“Jesús se acercó”). . Al que sufre no se le puede ayudar desde lejos. Hay que estar cerca. Sin prisas. Con discreción y respeto total. Y escuchar. Escucharle.

Después: “La cogió de la mano”. Coger, acoger, tocar, apoyar.
Quizás no podemos curar pero siempre podemos cuidar.

“Y la levantó”.
Ayudar, dar dignidad.
Actuar en su favor.

A todos esos movimientos y momentos se les llama. COMPASIÓN.



ORACIÓN

Recibe Señor, nuestros miedos
y transfórmalos en confianza.

Recibe nuestro sufrimiento
y transfórmalos en crecimiento.

Recibe nuestras crisis
y transfórmalas en madurez.

Recibe nuestras lágrimas
y transfórmalas en intimidad.

Recibe nuestra rabia
y transfórmala en plegaria.

Recibe nuestro desaliento
y transfórmala en fe

Recibe nuestra soledad y
y transfórmala en contemplación

Recibe nuestras amarguras
y transfórmala en calma interior

Recibe nuestras expectativas
y transfórmala en esperanzas.

Recibe nuestra muerte y
y transfórmala en vida

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
En el espacio "La Palabra" en BerriOna tienes la posibilidad de compartir, conocer y descubrir la vida y el mensaje de Jesús.
Una hora a la semana para la búsqueda de sentido, de vida y de fe.
Te hará bien.


  • Diálogos / Elkarrizketak
  •