Desde Evang domingo 29 Nov ADVIENTO
- 29 de Noviembre de 2020
Siempre estamos esperando. Esperamos que pase la pandemia y haya una vacuna; esperamos un trabajo o un trabajo mejor; esperamos que nuestros hijos sean… o tengan…; esperamos el resultado de unos análisis; esperamos…
Como también dice la canción que cantamos estos días: “Los pobres siempre esperan el amanecer de un día más justo y sin opresión, los pobres hemos puesto la esperanza en ti , Libertador…”
Siempre esperamos, mirando hacia delante, soñando el futuro próximo.
Somos así.
Queremos romper la cáscara de la realidad, a pesar de que la realidad es la que es.
Y soñamos y amamos y avanzamos inventando el futuro.
Pero hoy el evangelio nos recuerda dos cosas a tener en cuenta para que esas esperas y la vida misma tengan sentido:
-Una es estar despiertos, atentos, conscientes.
Por cuatro veces nos dice: Mirad, Vigilad, Velad, Velad.
-Y la otra es que el dueño de la casa: “dio a cada uno de sus criados su tarea”
Es decir, la vigilancia, la espera, no es pasiva sino que se hace y se construye en la tarea y compromisos diarios.
Por eso, decimos que el Adviento no es solo un tiempo (el tiempo de preparación a la Navidad, para poder acoger y encontrarse con el Dios que viene) sino una actitud.
Donde la espera se hace esperanza
Donde el Adviento es la oportunidad de mirarnos a nosotros mismos y , (conscientes y responsables), a la realidad que tenemos y vivimos.
Y así, para encontrarse con el Dios que viene y que se nos hace presente. Al encuentro con Dios.
Acogiéndo-te. Acogiendo-LÉ
Un encuentro que nos cambará la vida.
Y termina el evangelio de hoy: “…os lo digo a todos: ¡velad!.