No tiene nombre. “Los nadie, los ningunos, los ninguneados” que decía E. Galeano en su poema.
Es un leproso. Que viene a representar a todos los excluidos de Galilea y por extensión a todos/todas de todo lugar y de todos los tiempos.
Es la lepra. O todo aquello que hace y nos hace sufrir y nos pone de rodillas, postrados.
Jesús experimenta compasión, una compasión que le lleva a actuar: Alargar su mano, echar una mano, ponerse manos a la obra….
Y venciendo y saltándose todas las normas habla con el leproso, lo toca y... su palabra y acción poderosa y, sobre todo, amorosa y compasiva le devuelven la salud y la dignidad.
El milagro se produce en ese diálogo:
-“Si quieres, puedes limpiarme”
-“Sí quiero”
Dios en diálogo con el ser humano, con nosotros, conmigo.
Acostumbrados a decir, opinar y pensar que… nos hacemos duros e insensibles y no vemos a la persona que tenemos cerca y no entramos en diálogo y no llega la compasión.
El nuevo nombre del amor hoy es compasión.
.-.-.-.-.-.-.-.
En “Ver Adjuntos”, te dejamos la hoja de “La Palabra” y el texto de la canción que utilizamos ayer.
Cada sábado a las 19,00h en BerriOna. Encuentro abierto para conocer, compartir y gustar el Evangelio.
No hay que apuntarse.