Decía Paul Boese que “el perdón no cambia el pasado, sino que expande el futuro”. Y es que el perdón es esa actitud que nos pone en otro estadio, en otro nivel: en el nivel del amor, del desprendimiento, de la libertad.
El perdón quizás no cambia el pasado pero nos oxigena el presente, nos descarga de sospechas, miedos y odios.
Perdonar a veces no es fácil pero como no es fácil ser libre, amar o comprometerse pero por lo mismo el resultado que provoca es asombroso.
Ya decía M. Ghandi que “el débil nunca puede perdonar. El perdón es el atributo de los fuertes”
Y nos abre a un futuro de vida más fraterna, más compasiva. A la con-cordia.
Es un intento por restaurar el equilibrio.
El perdón es la esencia del amor.
El discípulo pregunta al Maestro “y para que así sea ¿cuántas veces debo perdonar? ¿Hasta siete veces?
Y Jesús le dijo de manera categórica. “No te digo hasta siete veces sino hasta setenta veces siete”, es decir, siempre.
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