El trigo y la cizaña de la parábola no nacieron de manera espontanea sino que “un hombre sembró la semilla” de trigo y otro “sembró cizaña entre el trigo”.
La bondad y la maldad están ahí pero necesitan lenguas y manos para hacerla crecer.
De hecho la expresión “meter cizaña” está en el lenguaje para expresar esa acción de contaminar, desprestigiar, enfrentar….
Las dos semillas crecen juntas.
El truco está en saber qué es y dónde está el trigo y qué es y dónde está la cizaña para, al final poder, actuar.
Y la honradez está en no dividir tan rápidamente a las personas cayendo en ese exagerado exclusivismo que nos lleva a marcar una y otra vez dónde están las buenas y las que merecen la pena (¡entre las que me incluyo yo, claro está!) y las otras.
Esto no quita -como dice la parábola del Evangelio- el que haya que estar despierto y conscientes del mal. Porque “mientras todos dormían…” fue cuando el enemigo sembró las malas semillas.
(Foto: imagen de una ermita cerca de Kuartango)
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Te dejo VER ADJUNTOS el texto del evangelio y el cuento: “dientes de león”