La palabra verdaderamente regeneradora, nace del silencio. Porque el verdadero silencio no procede de la turbación, de la vergüenza o de la culpa, sino que denota paz y plenitud. Las palabras tienen poder para crear comunión y vida nueva, cuando encarnan el silencio del que brotan
El silencio es una de las condiciones para que resuene la voz de Dios,
(Manuel Sánchez Monge)