Diálogos. Desde Evang. 10 Dic23
- 10 de Diciembre de 2023
La gente llegaba a donde Juan que estaba bautizando y proclamando un mensaje.
Eran hombres y mujeres de todos los lugares (“gente de Judea y de Jerusalén”).
Se dejaban empapar con el agua y el mensaje de Juan el Bautista.
Dejarse empapar es vivir la vida de forma permeable. Como una esponja.
Donde me afectan las cosas que ocurren.
El dolor y el sufrimiento de los otros (que me llega hasta dentro)
Donde la guerra y la injusticia y la violación de los DDHH (que hoy día 10, por cierto, se cumple el 75º de la declaración universal de los DDHH), no me sea indiferente.
Ser permeable es también vivir empapado de confianza en mí mismo, en los demás y en Dios.
Así, empapado, me doy cuenta de que debemos cambiar, que debemos convertirnos y arrepentirnos de todo aquello que nos hace duros, impermeables y fríos.
Quizás debemos cambiar de camino, o corregir un poco el rumbo de mi vida y mi actuar.
Hay que volver y volverse (eso es convertirse)
1- Al desierto. (“Juan bautizaba en el desierto”) Es decir a momentos de silencio, oración, al darme cuenta del hoy y el aquí de mí.
2- Hay que volverse a un estilo de vida más sencillo, austero, más respetuoso con el medio ambiente. (“Juan iba vestido con de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre”)
3- Y hay que dar pasos concretos (dice que la gente acudía…) No vale solo las buenas intenciones o propósitos, hay que dar pasos.
Solo así, podremos oír y escuchar el mensaje que está detrás del mensaje y de la actuación del profeta.
“Detrás de mí viene uno que es más fuerte que yo…. Él os bautizará con Espíritu Santo”
Solo así comprenderemos que No esperamos en la vida un “no sé qué”, ni un “no sé cuando”, sino un Alguien que colmará nuestras vidas de sentido y futuro.
Y sentimos que está ocurriendo algo que está mucho más cerca de lo que imaginamos. Es ese atreverse a vivir la convicción de que Dios nos acoge y nos abre las puertas de la Vida.
Y nos descubriremos empapados no solo de agua sino y sobre todo de Espíritu.
(“Yo os he bautizo con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo”)
Déjate empapar por el Dios que viene, el Dios-con-nosotros. El Dios de la Navidad.
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