Desde Evang domingo 30 mayo
- 30 de Mayo de 2021
1.-El libro del Apocalipsis (el último libro de la Biblia) pone en boca de Dios estas palabras: “Yo soy el que soy, el que era y …el que ha de venir”. Es decir el que está viniendo.
Y en otro capítulo del mismo libro, también Dios hablando dice: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voy y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos”
Es decir que Dios, nuestro Dios, no es un dios quieto, está tico, frio y silencioso. Sino que es un Dios que se pone en movimiento, que sale, que se acerca.
Es un Dios apasionado y compasivo. Que se compadece del ser humano roto, desahuciado, humillado,…
Su movimiento es de “sim-patía” con el ser humano.
El creyente y el pueblo creyente de la Biblia dice que es el Dios de la misericordia. O mejor y más literalmente “que tiene entrañas”
Un Dios que está prioritaria y preferentemente implicado en el lado de los pobres, de lo frágil, de lo humilde.
2.- El evangelio de de San Mateo comienza en el cap. 1º diciendo: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel (que significa: Dios con nosotros) Y termina en el último capítulo (el que hoy hemos leído, el que hemos escuchado) diciendo: “Yo estaré con vosotros todos los días y hasta el fin del mundo”.
Dios es el que está, el que nos acompaña, el que toca nuestra vida, mi vida, y la llena de esperanza, de sentido y de presencia.
Desde aquí celebrarnos esta fiesta de la Trinidad, de la Santísima Trinidad.
Desde aquí entendemos (Si es que hay que entender. Que quizás mejor es sentir, experimentar, saborear…) el movimiento, la interrelación, el encuentro en amor de Dios como Padre/madre, como Hijo Jesús, como Espíritu Santo.
Y ¿esto para que nos vale, para qué sirve? Pero es que ¿todo tiene que valer para algo?. Vale para contemplar, para adorar, para admirar el misterio, para dejarte iluminar y llegar de luz y esperanza, para salir de la mediocridad y elevar el espíritu, para…
Paro vale también (ya que te pones así) para ver cómo son nuestros encuentros con los demás, con la naturaleza, con los pobres y débiles de esta sociedad.
Para ver dónde estás (hay personas, y hay cristianos, que nunca están donde tienen que estar).
Para ver a qué caminos, periferias existenciales, márgenes de la vida… sales
Para ver si tu amor es solo amor propio o es un amor compasivo, gratuito y solidario.
En definitiva para verte (vernos) reflejado y examinado. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.