El Silencio durante el confinamiento

  • 08 de Junio de 2020
imagen El Silencio durante el confinamiento

Quería definir el SILENCIO. Buscaba una definición breve y concisa. Sólo encontré expresiones entre poéticas, simbólicas, espirituales y bellas: “Ir al centro”, “volver a la casa”, “cuando las palabras no llegan más allá, está el silencio”, “un estado de consciencia que me permite encontrarme conmigo mismo en profundidad”, “lo hondo que me habita”, etc..

Y es que el silencio, más que una formulación, es aquello que nos sostiene y nos envuelve. Donde el amor ya no plantea preguntas sino que se abre al Misterio. En el silencio se apagan los ecos y se puede escuchar la voz que los provoca.


El Silencio siempre ha tenido un espacio y un tiempo en BerriOna.
Un tiempo abierto, semanal, compartido. Al que siempre, a lo largo de estos cuatro años, acudimos varias personas.
No es “el grupo de silencio” es un espacio y un tiempo para los que ese día llegan

“El silencio, la meditación nos ayudan a recuperar el centro de uno mismo y a alinearse con lo que importa” –dice Olga Cebrián
No dedicamos un tiempo al silencio, a la meditación por no tengamos nada que hacer sino al contrario, lo hacemos porque tenemos mucho que hacer. “En la meditación, no huimos de nosotros mismos sino que nos encontramos”(John Main) Y para ello es necesario hacer experiencia de silencio, de silenciamiento.

Tampoco venimos por moda o esnobismo, sino que nos sumamos a esa corriente que desde antiguo de la historia nos llega. Como dice el filósofo y escritor Francesc Torralba: “En las tradiciones religiosas y en las experiencias espirituales el silencio es un gran valor. Es la fuente de una experiencia de Algo o Alguien que experimentamos en la vida diaria.
El silencio es una puerta de acceso a la interioridad, al misterio del mundo,…al misterio de Dios”



En este tiempo de confinamiento, al no poder encontrarnos presencialmente, hemos llevado a cabo lo que hemos llamado “Unidos en Silencio BerriOna”.
Más de treinta personas, cada uno/una en su casa, en su rincón personal nos convocábamos cada miércoles y cada viernes. A las 20,10 un audio nos convocaba al silencio, al silenciamiento, a la meditación…, hasta las 20,30 donde de nuevo el audio del wasap nos despedía.

Experiencia que algunos de los participantes reflejaban así:

“Me han permitido conectarme en lo profundo con el Dios que me habita.
En sintonía y presencia de nuestra pequeña comunidad, que me ha ayudado con un horario compartido a adquirir el hábito de parar.
He experimentado que con esa energía y luz he podido estar más cercana del "mundo" que me ha rodeado en estos días de Pandemia.


“Resumiría mi experiencia en el silencio virtual en pocas palabras: silencio acompañado en la distancia, aliento y alimento en el confinamiento, unidos en la fe a pesar de la distancia”


“¡Que agradecida estoy por esta oportunidad....!
El silencio, junto con los textos y citas, elegidos y dictados, con tanto esmero y cariño, me han ofrecido una reflexión más profunda, en mi vivencia con Dios...
Espero siempre; miércoles y viernes con mucha ilusión, este momento.


“Dice Elsa Punset que ante el mundo sólo hay dos actitudes, el miedo o el amor. Estos encuentros de silencio/oración/meditación que he compartido con vosotros, me han permitido vaciarme de lo primero, y llenarme de lo segundo. Muchas gracias a todos”


“En estos meses en los que hemos estado sin salir, solos en casa sin relacionarnos con nadie por la gravedad de la situación, en la que te sientes indefenso, estos momentos de silencio han sido una conexión estrecha, un acompañamiento y una pertenencia invisible pero real a un grupo”


“Gracias por este tiempo de silencio compartido en la distancia; ha servido para mantenernos llenos en este tiempo de vacío interior”


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