Compartiendo vida y Palabra

  • 21 de Mayo de 2020
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A lo largo de estas semanas de confinamiento un nutrido grupito de personas hemos tenido la oportunidad de seguir leyendo el Evangelio de manera compartida a pesar de no haberlo podido hacer de forma presencial, sino a través de un grupo de WhatsApp formado a tal efecto. Ciertamente ha sido un regalo y una suerte haber podido leer junt@s la Palabra, que en estos tiempos difíciles que nos está tocando vivir nos ha ayudado más especialmente si cabe a responder a las preguntas, inquietudes, miedos y esperanzas que nos han ido asaltando a cada un@ de nosotr@s en esta situación excepcional de pandemia. Una vez más, hemos podido constatar/vivenciar cómo ese acercamiento al Evangelio, ahondando de modo sencillo pero profundo en sus palabras, se transforma en diálogo vivo entre la vida de cada un@ y la Palabra de Dios. Un diálogo lleno de claves, inquietudes, alguna respuesta, más preguntas… y que resulta posible porque el Evangelio no es un texto muerto, sino que cobra vida cuando nosotr@s nos acercamos a él con el convencimiento de que podemos leer a través suyo, de sus palabras y su mensaje, nuestra propia experiencia de vida.

En estos encuentros de La Palabra esa reflexión compartida sobre el texto evangélico, en la que junt@s tratamos de descubrir el mensaje de Jesús, aportando cada un@ desde su realidad sugerencias y claves que estimulan la reflexión, a mí personalmente me resulta de gran ayuda en ese discernimiento continuo de qué quiere Dios para mi vida, qué ha soñado para mí, de qué manera me necesita y cómo puedo yo responder a su llamada. Sin duda alguna, es muy enriquecedor sentir que los textos que hemos oído muchas veces de manera rutinaria cobran un sentido nuevo y hacen vibrar de manera especial a tu corazón. Y es que como dice nuestro Papa Francisco: “Si le dejas, el Evangelio te habla al corazón y te cambia la vida”.

El próximo curso seguiremos compartiendo estos espacios de encuentro, oración y vida que tanto nos inspiran y nos ayudan a dejar que el mensaje del Evangelio vaya penetrando en nosotros y que, por ende, también son impulso para esa transformación personal que nos lleva a querer vivir de una manera más humana, solidaria y plena, al estilo de lo que Dios quiere para nosotr@s. Os animamos a tod@s a acompañarnos en este precioso compartir de la Palabra.


Rosana OdE


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