Desde Evang domingo 19 Abril
- 18 de Abril de 2020
Es una escena tan cautelosa, tan frágil… Pero a la vez guarda, al final, tanta luz, tanta vida, que siempre que la leo me conmueve y me proyecta a mi propia historia personal y de creyente.
Unos elementos frágiles como el atardecer, las puertas cerradas, el miedo, la complicidad de sentimientos compartidos y callados de aquellos discípulos y discípulas. Reflejo de tantas situaciones que vivimos hoy.
Son experiencias de sombras que hacen que, a continuación, la luz brille más y más poderosa.
Por eso, cuando Jesús se puso en medio del grupo y les deseó la paz, se fue haciendo de día (“el primero de la semana”). Nació el tiempo nuevo. Y la alegría oculta se les posó en los ojos y en la actitud.
Pero las experiencias difíciles, sufrientes, dolorosas… no se van a la primera. “Y ocho días después de nuevo…”, es decir, cada poco, ahí están otra vez.
Y de nuevo el saludo de paz cargado de esperanza de ánimo, sanando el corazón roto. Y el perdón que nos recupera; y el acercarnos y tocar las heridas de tantos con respeto y compasión; y el testimonio y la verdad de los otros, y la luz en medio,…
Y Tomás buscando su verdad. Nuestra búsqueda de verdad de todos nosotros y nosotras también. Con dudas, con interrogación (“si no veo…”). Enseñándonos que la duda es también un componente de la fe.
¿Cuántas señales más necesitamos para descubrir la presencia, para ver al Resucitado, para dejar que la luz nos inunde?
Hay “muchos otros signos”. Solo hace falta estar despiertos, preguntarse para encontrar y confiar. Confiar y decir de nuevo: “Señor mío y Dios mío!”
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En Ver Adjuntos, puedes ver La Hoja de la Palabra de este domingo.
Es la hoja que cada domingo preparamos en BerriOna para que nos ayude a acercarnos al evangelio de Jesús.