Desde Evang domingo 30 Junio 2019
- 30 de Junio de 2019
Las primeras generaciones de cristianos sabían muy bien y nunca lo olvidaron que ser cristiano es seguir a Jesús y vivir como él.
Así de claro y sencillo.
Ser cristiano es seguir a Jesús. Y seguir a Jesús es vivir como Él. O al menos intentarlo.
Seguir a Jesús es así como una imagen que los discípulos aprendieron por los caminos de de Galilea.
- No perderlo de vista.
- No quedarse lejos del Él.
- Caminar, moverse y dar pasos tras El.
Seguir a Jesús exige una dinámica de movimiento.
A veces, quizás, hemos entendido el ser cristiano... de modo estático. Ya soy. Y sin embargo es (me parece a mí) un proceso de crecimiento y de seguimiento.
Por eso,.... ¡claro que somos cristianos! Pero mejor habría que decir que nos vamos haciendo cristianos en la medida en que nos fiamos de Jesús y nos atrevemos a seguir sus pasos.
Pero el Evangelio de hoy también no dice que hay dos peligros que evitar. O mejor dos formas malas de Jesús.
• Una es el fanatismo
Santiago y Juan reaccionan de forma violenta e ingenua a la vez: "¿Quieres que mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos?".
Lo dicen porque no los han recibido bien.
Juan y Santiago, como no los recibieron, al no lograrlo por las buenas, lo quieren lograr por las malas.
Jesús se volvió y les regañó.
Se muestran fanáticos, es decir para defender sus ideas recorren a la imposición y a la fuerza.
• Y otra forma mala de seguir a Jesús...
Las tres personas que quieren seguir a Jesús... (Dos son llamadas por Jesús, la otra acude espontáneamente)... quieren seguirle pero con condiciones.
Jesús les dice que seguir sus pasos hay que hacerlo de verdad y sin condiciones.
El seguimiento tiene que ser total. Que seguirle a él nos tiene que coger el corazón y la vida (si queremos que merezca la pena).
En resumen: Jesús no quiere que seamos fanáticos, pero tampoco nos propone un evangelio que no compromete a nada.
Nos propone un seguimiento decidido, definitivo y radical.