Desde Evang domingo 19 Mayo 2019
- 19 de Mayo de 2019
Me venía a la mente la imagen de un abanico que se abre y se extiende. Porque cuando nos acercamos a esa experiencia sagrada y profunda pero al mismo tiempo normal y cotidiana: la experiencia del amor, la imagino como algo que se despliega en múltiples formas.
Porque el amor: Es acogida. Es pasión. Es amistad. Es compasión. Es solidaridad. Es servicio. Es aceptación. Es perdón. Es cuidado. Es compromiso. Es…
Con razón decía el poeta sufí Rumí: “El amor no es una emoción. Es tu propia existencia”
Jesús en el final de su vida quiso dejarnos un secreto. Su secreto de vida: “Amaos como yo os he amado”. No de cualquier manera, sino “como yo os he amado”
Un amor –el de Jesús-Cristo-
-Que es ser-para-los-demás. Que más que darnos cosas se da a sí mismo.
-Un amor gratuito, sin motivo.
-Sin tener en cuenta nuestra respuesta o nuestro meritos. “Hace salir el sol para todos...”.
-Un amor creativo. Que amándome me hace valioso.
En esto conocerán que sois discípulos míos: “en que os amáis”.
Hay que abrir la palabra “amor”. Para poder hacerla efectiva.
Para desplegar esa experiencia que nos salva y salva. Que da sentido y ofrece sentido a otras personas.
Para hacerse cargo de la realidad y cargar de forma gratuita con ella.
Para traducirla en gestos, actitudes y compromisos.
Como el abanico, el amor es el punto de arranque, el punto de confluencia… pero a la vez es cada una de sus láminas de color desplegadas. Solo así puede dar aire, espíritu y aliento.
“Como yo os he amado”