Silencio

  • 23 de Octubre de 2017
imagen Silencio

Dicen que si aprendiéramos a respirar bien nos sanaríamos. En la respiración está contenido el movimiento espiritual de la vida. Recibir y soltar. Colmar y vaciar. Aspirar el amor y entregarlo. Anhelar y abandonarse.

El primer paso sería la atención a nuestra respiración Respirar lenta, calmada, profundamente. Nos dice la Filocalía: “Adecuando la oración al ritmo respiratorio, el espíritu se calma y encuentra reposo. Se libera de la agitación del mundo exterior, abandona la multiplicidad y la dispersión...Se interioriza y se unifica...En la profundidad del corazón, el espíritu y el cuerpo reencuentran su unidad original, el ser humano recobra su simplicidad”.
Mariola López Villanueva rscj


Redes sociales