Desde Evang domingo 8 Oct
- 08 de Octubre de 2017
Una historia de amor y de violencia. Una historia como la vida misma.
Personas que se aprovechan de su situación, de su estatus (económico, religioso, político) de poder para su propio enriquecimiento y beneficio. Que no dan fruto sino beneficios para sí. Que no toleran a quienes les piden cuentas.
Y al mismo tiempo y entremezclada: una historia de amor. Que arriesga lo que más quiere, su propio hijo, para buscar solución.
Parece una historia para no dormir (me decía uno ayer en la reunión de La Palabra). Y yo le contesté: No es una historia para no dormir, es una historia para no dormirse.
Porque todos debemos asumir la responsabilidad social. ¿Cuál es mi responsabilidad social aquí y ahora para que el mundo sea más justo y pacífico?
Mi parcela, tu parcela, que quizás es muy pequeña y limitada pero es en ella donde debo dar y producir los frutos. (Hoy me preguntaba de nuevo qué frutos espera Dios de mí hoy y aquí).
Y ¿la comunidad a la que pertenezco?
Y es que ésta es una historia para no dormirse.
Ya que si no…”se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos”
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En VER ADJUNTOS, hoja de La Palabra de ayer. (Sábados a las 19,00h en BerriOna, el encuentro con La Palabra)