(En el domingo Corpus Christi. 22 junio-25)
En busca de una esperanza que nos dé sentido.
Y sabemos que la esperanza no es una virtud estática y quieta, sino una virtud que se pone en pie, y que se abre hacia lo que todavía no es, hacia lo que aún está por hacer.
El tiempo en que vivimos –nos dice hoy Caritas—requiere nuestro movimiento, nuestro pequeño (o grande) compromiso. Un movimiento que nos lleva a cambiar actitudes.
Lo vemos en el evangelio de hoy. En estos dos ejemplos.
Uno. Cuando Jesús acoge a la gente
(“Acogiéndoles les hablaba del Reino de Dios y curaba a los que tenían necesidad de curación”).
Mientras que los discípulos (los Doce) le dicen a Jesús: “Despide a la gente…”
Dos. También, para cambiar de actitud como cuando Jesús dice: “Dadles vosotros de comer”. Mientras que los discípulos habían dicho: “Aquí no tenemos nada. Que marchar a buscar comida y alojamiento."
--Dice además el evangelio de hoy que “El día había comenzado a declinar, Se hacía ya de noche….
Y pensaba yo que es ahí, cuando la vida de muchas personas comienza a declinar, cuando en la vida se hace de noche…cuando más atentos/as debemos estar.
Se hace de noche en el sufrimiento de tantas personas al no poder tener acceso a una vivienda.
O en la situación de trabajadores en las empresas que están cerrando o que se las llevan a otro lugar…. y aquí entre nosotros los damnificados por el incendio de este viernes.
O en las importantes dificultades económicas y sociales de las personas migrantes que llegan a nuestro país.
O en las personas y niños que se mueren de hambre, miedo y bombas en el genocidio de Gaza
O en la soledad, la enfermedad, la depresión, el duelo…. de personas de nuestro entorno…
…..Muchas veces la vida se pone más oscura y cae la tarde.
Y es aquí cuando más atentos debemos estar.
Es hora –nos dice Caritas—de perseverar, confiar, creer y amar.
Pero (ya lo hemos dicho más veces). Pero ¿Qué puedo hacer yo, qué podemos hacer nosotros, ante los problemas tan gigantes y asfixiantes como la guerra, el hambre en el mundo, la corrupción, la economía, etc.…
Pues … quizás poco. Pero en eso poco tuyo o mío o de éste o aquel….podemos crear redes de solidaridad. Podemos crear una esperanza de sentido.
Y entonces se producirá el milagro. Y lo que parecía imposible se hace realidad y lo que no nos entraba en la cabeza, ahora nos entra en las manos y en el corazón.
Si no puedes con tus solas fuerzas ¡Y no puedes! = Invoca y confía en Dios. Así hacía Jesús. Así nos enseña Jesús.
Cuando…“Levantando los ojos al cielo pronunció la bendición…”
Y todos comieron hasta saciarse y sobró.
Recogieron doce canastos. (Dicen las estadísticas que nosotros tiramos unos 50kg de alimentos por persona y año)
Este pasaje nos demuestra que los milagros existen. Que se hacen realidad si nos ponemos a ello.
Este pasaje nos abre a una esperanza que da sentido al vivir.