Danzar escuchando a tu cuerpo

  • 19 de Abril de 2024
imagen Danzar escuchando a tu cuerpo

Este sábado, 20 de abril, el habitual espacio de “danza meditativa” de cada tercer sábado de mes se aleja un poco de nuestro centro. Se va a los locales de la parroquia Santa Teresa porque es el “Retiro de danza de Pascua”.
Ana, Lidia y Elena, animadoras de las sesiones de Danza Meditativa en BerriOna, han preparado este Retiro de danza un año más por estas fechas.
Por lo cual, este sábado no hay sesión de danza en BerriOna.


Escribe Ana G. en su blog Danza Bizia ( https://danzabizia.blogspot.com/ )

“Parece antagónico que desde el movimiento y el sonido se pueda acceder al silencio y la quietud. La expresión “danza contemplativa” a muchas personas les resulta incongruente, porque si se danza no se contempla, y, al contrario, muchas veces cuando alguien siente curiosidad por el mundo de la meditación y el silencio, se imaginan en perfecta quietud, sin movimientos, sin ruidos externos. Y así es en parte, pero hace falta un proceso que no excluye el movimiento. Como dice Nicolás Caballero, el proceso hacia el silencio parte del silencio corporal, para pasar por el silencio emocional, y alcanzar entonces el silencio mental. El arranque del proceso es la concentración en el presente, en el aquí y ahora, y para ello qué mejor herramienta que el propio cuerpo, sus sensaciones, la respiración, y por supuesto el movimiento. “El cuerpo es donde empieza el viaje a la integridad. Sólo empezarás tu viaje sanador cuando habites realmente tu cuerpo.” (Roth,1989)
La danza meditativa supone movimientos repetidos y sencillos, como mantras, de modo que la atención se va separando de los mil reclamos que nuestra mente tiene: estímulos sensitivos, recuerdos, preocupaciones, emociones, tareas…
Tal vez las primeras veces que se realiza la danza, la atención se centra en esos pasos y gestos de las manos, hasta aprenderlos de modo que salen automáticamente. Es entonces, al mecanizar o integrar la coreografía, cuando se posibilita el silencio y la escucha. Y ¿qué podremos escuchar? En primer lugar, los sonidos del propio cuerpo, las sensaciones físicas. Y con la práctica, se comienza a escuchar más profundo, aquello a lo que nos llevan esas sensaciones: significados, sentimientos, llamadas. Porque el cuerpo es inteligente, tiene su memoria y su lenguaje.
Con vuestro permiso, con tu permiso, me atrevo de nuevo a invitarte a danzar, por los paisajes que guarda tu cuerpo, escuchando lo que sin duda quiere ofrecerte.”


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