Desde el Evangelio domingo 6 Nov
- 04 de Noviembre de 2016
Vivir no es solo sobre-vivir, en el sentido de ir tirando, de aguantar. Buscando siempre nuevas experiencias, sensaciones… haciendo solo lo que me apetece, repitiendo. “que cada uno haga lo que quiera”
Necesitamos algo más que sobre-vivir.
Necesitamos ser conscientes de nuestra vida. Saber nuestras posibilidades pero también nuestras limitaciones. Coger las riendas.
La vida no solo es cuestión de azar o de suerte es también y sobre todo cuestión de elección, de opciones personales.
Creer en Jesús es ir descubriendo una vida más grande, más plena, más autentica. Una vida que llega hasta la VIDA…eterna.
El creyente siente que ya desde aquí y desde ahora se nos llama a la vida, a la Resurrección.
Es descubrir que vivir es desgastarse, quemarse para que otros tengan vida o, al menos, un poco más de vida.
Es apostar por romper aquellas situaciones que hacen que las personas y pueblos malvivan y mueran Y descubrir los signos de muerte (marginación, miseria, dolor, injusticia, violencia….) para luchar, para denunciar, para…
Esto viene a cuento del evangelio de este domingo. Jesús no anda preocupado por resolver problemas o cuestiones casi ridículos. La preocupación de Jesús va más por decirnos que Dios es más grande que la muerte, que su poder es capaz de crear cosas nuevas y su fidelidad dura por siempre.
Que Dios es Dios de Vida, de vivos y no de muerte
Un pasaje el de hoy para recordar que creer en la resurrección es mucho más que cultivar un optimismo barato en la esperanza de un final feliz. El creyente siente que ya desde aquí mismo y desde ahora se nos llama a la resurrección y a la vida. Y por eso toma partido por la vida allí donde es lesionada, ultrajada o destruida.